Debo admitir que no es de mis sagas preferidas, ni mis libros predilectos, pero por motivos diversos me vi obligado a ver las películas anteriores. Así que no pude dejar de ver la última película, que aunque con mucho romanticismo y momentos cursis me pareció la mejor de todas las películas.
Todo inicia donde quedo su predecesora, Bella se convierte en una vampiro con ojos rojos. Conoce a Renesmee. Pero una sorpresa le aguarda, su querido Jacob se "imprimó" de su pequeña hija.
Pobre Jacob, termina golpeado y magullado por Bella. Cuando las aguas se apaciguan, todos mantienen un tiempo de paz y buenas vibras, hasta que Alice tiene una visión y rompe un florero por el asombro.
"Los Volturi" vendrían a por Renesmee, pues creen que ella es un niño convertido que en el pasado a ha traído muchos problemas a los vampiros. "Los Cullen" deciden partir en busca de sus amigos para que sean testigos que Renesmee es una niña normal, la pequeña no es inmortal, pese a que crece de manera muy diferente.
Llegan "Los Volturi" y se enfrentan en una gran batalla descarnada y sin cuartel contra Los Cullen. La mejor parte de todas, con escenas muy impactantes y sorprendentes, una batalla despiadada. Lo malo aparece cuando nos enteramos que no todo es lo que parece. ¬¬'
Al finalizar todo, se ve a Renesmee con sus padres y junto a Jacob, su protector. Y todos vivieron felices por siempre y siempre, y siempre, y siempre… hasta que aparecen Blade y Buffy.
Hablando en serio, tiene el final que la saga de Stephenie Meyer se merece, termina con un: "Y vivieron felices por siempre y siempre"; justo como las adolescentes enamoradas y yo esperábamos.
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